La semana pasada presentábamos algunos de los sistemas de ayuda a la
conducción que los fabricantes ofrecen ante situaciones de peligro. Continuamos seguidamente nuestro recorrido
por el panorama de la seguridad activa:
BAS
No todos los conductores que tienen que aplicar
una frenada de emergencia, aplican la suficiente presión sobre el pedal como
para alcanzar la máxima deceleración del vehículo. Para solventar este problema
se inventó el sistema de asistencia a la frenada (Brake Assist System), que suple la
falta de fuerza por parte del conductor en el caso de una frenada de emergencia.
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CITY SAFE System

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ESP
Cuando un coche sin ESP sobrevira (derrapa de las ruedas traseras), la
corrección de su trayectoria exige una destreza específica, ya que la acción
correcta consiste en girar el volante al lado contrario al que giraría
normalmente un conductor.
Si al trazar una curva a izquierdas sobre una superficie deslizante el eje
trasero derrapa, el vehículo no seguirá el trazado, tendiendo a salirse por el
lado derecho de la calzada. Un conductor no adiestrado, al ver que el vehículo
no va todo a la izquierda que él querría, reacciona girando aún más hacia la
izquierda, agravando el problema. Para recuperar la trayectoria sin embargo es
necesario girar el volante hacia la derecha (contragirar), esto es, hacia el
lado por el que aparentemente el vehículo está saliéndose de la vía.
Esta reacción “contraria al sentido común” exige un adiestramiento que solo
se alcanza en cursos específicos de conducción bajo circunstancias adversas.
Por esta razón, los vehículos disponen de este sistema automático, capaz de
detectar esta situación y corregirla.
Estos sistemas no están aún tan extendidos en el parque automovilístico.
Desde Noviembre de 2011, todos los nuevos modelos que vayan incorporándose al
mercado Europeo deben incorporarlo ya de serie. En el año 2014, ningún vehículo
podrá ser matriculado sin este dispositivo.
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