La investigación de accidentes
reúne un conjunto de técnicas que encuentran su origen en los años 60, de la
mano de la explosión de la industria de la automoción americana. Este conjunto
de conocimientos incluye desde técnicas de recopilación pericial de datos (en
el escenario del accidente y de los vehículos), hasta la aplicación de la
mecánica general (cinemática y dinámica) para la determinación de las
magnitudes físicas involucradas en el siniestro.
T
odo accidente puede ser
estudiado como un sistema de uno o más móviles, con una dinámica previa al
conflicto, una colisión (si existe), y una dinámica posterior de los vehículos
implicados, hasta sus posiciones finales de reposo.
El objeto de la reconstrucción de
un siniestro reside no ya en determinar las magnitudes físicas involucradas en
el mismo, sino en el análisis del accidente en su conjunto, precisando las
maniobras previas a la colisión, evidenciando no sólo qué ocurrió, sino cómo, por qué y lo que no pudo ocurrir.
Para ello se cuenta con los
principios físico-matemáticos de la mecánica clásica. Como en la mayoría de las
ocasiones en que debe establecerse una metodología basada en principios
físicos, éstos son simplificados para que su aplicación sea posible y práctica,
sin perder eficacia ni exactitud numérica. Las técnicas de reconstrucción se
basarán entonces en los principios de la mecánica newtoniana, filtrados por una
serie de hipótesis que reflejen razonablemente la realidad.
En próximos números se hará un
recorrido por los distintos principios que rigen la investigación técnica de un
accidente de circulación.
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